Fue entre 1850 y 1860 cuando se desarrollaron nuevas técnicas para hacer posible la producción de acero en grandes volúmenes. La transformación se dio en gran parte gracias al trabajo del inventor inglés Henry Bessemer. Podría decirse que el proceso de Bessemer fue el mayor avance en la Revolución Industrial y fue el corazón de la industria siderúrgica por más de 100 años. Introducido en 1856, revolucionó la industria con un método rápido y barato para producir acero en grandes cantidades.
Al mismo tiempo, Carl Wilhelm Siemens, alemán que pasó la mayor parte de s vida en Inglaterra, estaba desarrollando su “horno regenerativo” reciclando el calor de los gases producto de fundiciones previas. Este proceso podía generar suficientemente altas para fundir el metal.
Y para 1865, el francés Pierre-Emile Martin había aplicado la tecnología de Siemens para crear el proceso de aceración de Hogar Abierto Siemens-Martin. Aunque no tan rápido como el proceso de Bessemer, la tecnología de hogar abierto permitía un control de la temperatura más preciso que hacía posible obtener un acero de mejor calidad. Solo hay hoy siete de estos hornos regenerativos aún en pie.
Acero, el material de elección
En el curso de dos décadas, esos inventores moldearon la industria moderna del acero. De esta forma, se obtenía acero de alta calidad en grandes volúmenes y en formas y tamaños consistentes perfectos para la mayoría de las aplicaciones industriales a gran escala.
El acero se usó de manera intensiva en el desarrollo del ferrocarril y en toda clase de construcciones desde puentes hasta edificios. También permitió la manufactura de grandes generadores y turbinas para proveer agua y vapor que se requerían en la industria y entrar luego en la era de la energía eléctrica.
Construyendo el futuro
Con la introducción del proceso de Bessemer, el acero se convirtió en la piedra angular de la economía industrial mundial. Disponible en grandes cantidades y a un precio competitivo, el acero pronto reemplazó al hierro en los edificios con el uso del acero estructural que junto con el concreto reforzado ayudaron a los grandes cambios arquitectónicos.
También en la construcción de barcos, el acero reemplazó a las placas de fierro vaciado. La Línea noruega Cunard SS Servía fue una de las primeras en usar el acero junto con otro gran adelanto: la electricidad.
Andrew Carniege fue el maestro de la eficiencia. Adoptó y mejoró el proceso de Bessemer. Se le acredita también la integración vertical de todos los proveedores de materias primas y se involucró en los primeros granes proyectos de acero. Por ejemplo, su empresaKeystone Bridge Company suministró el acero para uno de los primeros puentes de acero, el puente Eads que cruzaba el río Mississippi en la ciudad de San Luis que fue terminado en 1874 y aún hoy en día se mantiene en operación.
La siderúrgica Carniege le dio su primer empleo a Charles Schwabquien dirigió después la Bethlehem Steel Company, una de las más grandes y famosas siderúrgicas norteamericanas del siglo XX. Así a todo lo largo de Estados Unidos se dieron los “Primeros” de construcción con acero como el Puente de Brooklyn en Nueva York, el primer puente atirantados con cables de acero que abrió en 1833. El primer rascacielos con estructura de acero, el Home Insurance Building en Chicago construido por William Le Baron Jenney entre 1884 y 1885. Esto significó que la era del hierro llegaba a su fin para dar paso a la era del acero.
Construyendo el futuro
Acero, el material de elección