1 abril 2012
Estas casas pueden medir entre 30 y 60 metros cuadrados, y sus materiales son completamente reciclables
Madrid, España – La elección de un contenedor marítimo para ser utilizado como vivienda familiar puede parecer una respuesta exagerada a la crisis económica, pero es una práctica cada vez más habitual en una Europa castigada por la recesión y en la que muchas personas solteras o parejas no pueden comprar una casa tradicional debido a sus precios tan elevados.
Contenhouse, la primera empresa española dedicada a la transformación de depósitos de barco en viviendas modulares acaba de presentar sus credenciales en el País Vasco, donde ofrece casas de entre 30 y 60 metros cuadrados a un costo que puede resultar hasta cuatro veces más barato que el de un departamento clásico.
“Pensamos que es el espacio habitable el que debe articularse en función de las necesidades y preferencias de los propietarios que habitarán el inmueble, y no al revés. Un modelo de unos 60 metros cuadrados, con dos habitaciones, sala, baño y cocina equipada con electrodomésticos y la calefacción, sale en unos 53 mil euros”, dijo a REFORMA José Luis Santín, gerente de Contenhouse.
En las principales capitales españolas un departamento de tan solo 35 metros cuadrados llega a costar más de 120 mil euros.
Los reducidos costos y la rapidez con la que se construyen, convierten a estas casas-contenedores en una apuesta accesible no sólo para las familias, sino también para las entidades municipales que buscan abordar proyectos de vivienda social, urbanizaciones estudiantiles o alojamientos de emergencia.
“Tardamos unos tres meses en hacer una vivienda resistente, ecológica y económica, equipada para que pueda instalarse en ella una pareja o una familia más numerosa. Buscamos también hacer una función social, ya que con la crisis y los precios que tiene la vivienda en España ofrecemos un hogar digno a un precio razonable y con todas las comodidades de una casa tradicional”, señaló Santín.
Las casas-contenedor son fáciles de montar y de transportar, ya sea por carretera o por barco, y pueden ser ampliadas, dependiendo de las necesidades del cliente.
“Una pareja sin hijos puede empezar con una vivienda de 50 o 60 metros cuadrados e irla ampliando poco a poco, tanto hacia los lados como hacia arriba”, agregó el directivo de la empresa española.
Apilando los contenedores, explicó Santín, se puede levantar un inmueble de hasta cinco plantas.
Los responsables de Contenhouse proceden en su mayoría del sector de la construcción que se derrumbó con el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, fecha que marcó el inicio de la crisis económica en España, lo que dificultó más el acceso a las viviendas tradicionales que, en la actualidad, siguen estando sobrevaloradas.
“Hemos visto muchos abusos en el sector de la construcción y también constatamos la cantidad de residuos que generan las viviendas tradicionales perjudicando al medio ambiente, por lo que decidimos utilizar los contenedores para hacer una casa lo más ecológica posible, con materiales que se puedan reciclar, como el acero, la fibra de madera y de yeso”, señaló Santín.
Además de construir casas-contenedor, Contenhouse se encarga de agrupar a personas interesadas en este tipo de hogares y que se muestren dispuestas a compartir una parcela para abaratar los costos del terreno donde se ubicarán posteriormente los módulos unifamiliares.
Estas viviendas pueden ser una alternativa interesante para las familias que no pueden aspirar a comprarse una casa tradicional, sobre todo en las grandes capitales europeas.
En España, la situación económica es crítica. Apenas el viernes, el Gobierno aprobó un plan de ajuste con el que pretende ahorrarse 27 mil 300 millones de euros este año.
Una apuesta social
Conscientes de que los recursos naturales son limitados, Contenhouse edifica sus casas-contenedores con materiales de bio-construcción respetuosos con el medio ambiente y acordes con los principios de la arquitectura sustentable.
Este tipo de obra no influye ni en la calidad ni en las comodidades de la vivienda tradicional, según los responsables del novedoso proyecto.
La calidad de los acabados no se resiente, ya que toda la estructura se apoya sobre una solera de hormigón, lo que permite a estas casas soportar condiciones meteorológicas muy adversas.
Al ser un sistema modular, la vivienda se puede ampliar o hacer más pequeña sin el temor de generar escombros pues sus materiales serán totalmente reciclables.
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